lunes, 7 de abril de 2008

Semana Santa en Zaragoza

Cristo en la cama



Hace unas semanas finalizó la Semana Santa de Zaragoza para disgusto de muchos cofrades. Aprovecho la ocasión para mostrar el apasionante mundo de la Semana Santa en la capital aragonesa.




LUTO Y TRADICIÓN EN LA SEMANA SANTA DE ZARAGOZA

La Procesión del Santo Entierro es una de las más antiguas de la Semana Santa de Zaragoza. Como cada Viernes Santo, el viernes 21 de marzo las 24 cofradías de Zaragoza acompañaron con solemnidad a la Hermandad de la Sangre de Cristo y a su paso titular, El Cristo en la Cama.

A las seis en punto de la tarde las puertas de la iglesia de San Cayetano se abrieron y comenzó la Procesión del Santo Entierro, a pesar de los pequeños amagos de mal tiempo. La bandera de la Hermandad de La Sangre de Cristo encabezó la procesión.

Las distintas cofradías representaron, un año más, la Pasión de Cristo desde su entrada en Jerusalén, hasta su muerte y resurrección, ofreciendo una auténtica muestra de luto y penitencia. Este año la novedad fue la Cofradía de Cristo Despojado de sus Vestiduras, procedente de la parroquia de San Juan de los Panetes, que se incorporó al Santo Entierro detrás de la Cofradía del Prendimiento.

El eje del recorrido se sitúo, sin ninguna modificación, en el centro y en el casco antiguo de la ciudad. Las calles estuvieron abarrotadas de gente que no se quiso perder esta tradición. El fervor es tanto que varias personas pasaron en un mismo punto desde las seis de la tarde que empieza la procesión hasta las 10 u 11 de la noche (dependiendo del lugar exacto donde se encuentren) que termina de pasar la Sangre de Cristo, hermandad acompañada por los principales ediles del Ayuntamiento que cierra la procesión.

Las últimas Cofradías como el Descendimiento, la Piedad o la Dolorosa pudieron mostrar toda su majestuosidad al pasar por la calle Sepulcro y por la Plaza de La Seo, ya que al caer la noche, los pasos formaron un maravilloso tapiz policromado junto al muro mudéjar de la Catedral. Además, el sonido de tambores y bombos, elementos característicos de la Semana Santa aragonesa, retumbaron en las calles estrechas, expresando el estremecedor sonido de la muerte de Cristo.

Tras 5 horas de procesión, el piquete de honor de la Cofradía del Descendimiento, que había escoltado al Cristo en la Cama durante todo el recorrido, tocaba muy bajo la última marcha mientras el paso entraba en la iglesia de San Cayetano. Un redoble de tambor y el toque de silencio de las cornetas dieron por finalizada la procesión.

Media hora después del Santo Entierro, la Hermandad de San Joaquín y la Virgen de los Dolores velaron por el casco zaragozano a la Madre María en su soledad y dolor, en la emotiva procesión de La Soledad que acabó de teñir Zaragoza de luto.


Ana Morillo




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